miércoles, 27 de diciembre de 2017

CULTURA MUMUYE





Los Mumuye tienen algunos puntos en común con los jukun, de quienes parecen haber adoptado importantes tradiciones religiosas. Las aldeas mumuye concentran entre 200 y 300 habitantes. Cada grupo familiar tiene un "jefe" que actúa como guardián de los cráneos de los antepasados.



Antes del gobierno británico, constituían un grupo acéfalo, sin autoridad central, aunque todos reconocían al sacerdote de la región de Yoro como el "Supremo Hacedor de Lluvia". Sus prácticas religiosas se centran en dos cultos, relacionados con sus ascendientes:
  • El Vados o Vadosu, que está simbolizado por un cuerno de calabaza tallado.
  • El Vabo, representado por una máscara de cuernos.

Existe una divinidad suprema, denominada La e identificada con el Sol



Las figuras de madera mumuye presentan una amplia variedad de estilos, caracterizados por una falta de naturalismo, formas sobresalientes, torsos alargados y brazos parecidos a aletas con curva interna.
Las cabezas típicas incluyen un tocado de cresta y solapas laterales, que pueden representar elementos de peinado o lóbulos de oreja dilatados. Los brazos, aunque separados del cuerpo, siguen su curvatura. Las piernas son cortas, a veces en zigzag. Muchas tallas tienen el ombligo exagerado y la nariz horadada horizontalmente.


Se han sugerido diversos usos, no excluyentes, para estas imágenes. Así, pueden servir como instrumentos para adivinadores y especialistas medicinales o como personificaciones de espíritus guardianes vinculados con ancianos importantes; además, protegen la casa, castigan a los ladrones, ayudan en caso de enfermedad grave, refuerzan el status personal de los mayores y encarnan a los espíritus protectores de todo el linaje.
Dos son, principalmente, los objetos realizados por los mumuye: las figuras de los antepasados y las máscaras-yelmo. Las primeras, muy abstractas, muestran importantes variaciones de estilo. Estas piezas se mantienen ocultas, son guardadas por el "Hacedor de lluvia" y se les ofrecen sacrificios regularmente. 


Para infundirles fuerza vital, son colocadas junto a los cráneos de los antecesores más importantes. El "Hacedor de lluvia" las exhibe en casos excepcionales, como el recibimiento de un invitado importante. El conversa con ellas como con los seres vivos, y mediante la adivinación, llega a conocer el nombre de la persona a la que representan.