lunes, 29 de abril de 2013

CERMONIA DE INICIACIÓN MASAI


La feroz naturaleza de un guerrero está simbolizada por la pintura ocre rojo que lleva durante los cuatro días que dura la ceremonia de iniciación llamada eunoto. La eunoto pone fin al periodo en que los masai son guerreros, que empienza tras la circuncisión de los varones al final de la pubertad.

En un lugar sagrado cerca de la frontera entre Kenia y Tanzania, las madres de los guerreros construyen la manyatta, un círculo de chozas hechas con excremento de vacas y ramas. Más de cien hombres de tres grupos masai  caminaran durante días para llegar al lugar. Cuando regresen a casa se enfrentarán a las responsabilidades del matrimonio, criar hijos y de adquirir ganado.
Siguiendo la tradición, las mujeres cortan la piel de un toro negro en una espiral que determinará el tamaño de la osingira, la construcción más importante del ritual. Las madres contruyen la osingira dentro de la manyatta. A los guerreros que se han abstenido de mantener relaciones sexuales con mujeres casadas se les permite entrar en el edificio sagrado. En su interior les bendecirán adultos de más edad que invocarán a Enkai, la deidad masai, para que los proteja.
 El segundo día parten hacia un depósito sagrado de creta, donde se pintan el cuerpo con dibujos que narran sus hazañas, como matar un león o a un enemigo.

Las muchachas masais llevan adornos que se balancean mientras baila. Antes de la eunoto, los guerreros pueden tener relaciones sexuales con chicas prepúberes y no circuncisas. Tras la iniciación, las relaciones deben cesar. De adulto, el hombre se debe casar con una mujer madura, circuncisa en la pubertad, y puede tomar más de una esposa.
Los masai son un pueblo seminómada cuyo territorio se halla a caballo de la frontera entre Kenia y Tanzania. El futuro de las grandes ceremonias es dudoso, pues muchos masai envian a sus hijos al colegio.
Haciendo sonar los cuernos y provistos de escudos de piel de búfalo cafre, los guerreros dan una vuelta ritual a la osingira acompañados por guerreros jóvenes, novias y madres.


Mientras los iniciados dan la vuelta cada vez más deprisa, la importancia y la emoción de la ocasión conduce a veces a una histria contagiosa llamada emboshona. Las madres a veces tienen que ayudar a guerreros en trance.
El final del período en que se es guerrero está simbolizado por el afeitado del cabello es el momento más intenso de la ceremonia. Con un básalmo de leche y agua, cada madre raspa y elimina las largas trenzas de su hijo al amanecer del último día de la eunoto.
Los hombres recién afeitados emprenden una danza enérgica al son de una canción llamada empatia, demostrando que, aunque han perdido su cabello de guerreros, no han perdido su vigor. En el punto más alto de cada salto, los hombres sacuden los hombros acompañados por el cántico rítmico de sus compañeros de iniciación.
El último día, los nuevos adultos y algunos guerreros jóvenes se reúnen para recibir las bendiciones finales. Los adultos de más edad caminan entre los iniciados y los rocian con una mezcla de cerveza con sabor a miel y leche que llevan en la boca para otorgarles salud y prosperidad.

Su consejo:
"Ahora que eres un adulto, arroja tus armas y en su lugar empela la cabeza y la sabiduria"

viernes, 26 de abril de 2013

ARTE CONTEMPORÁNEO AFRICANO



No se puede negar que el arte africano contemporáneo se perfila como uno de los más creativos y originales de las últimas décadas. Este arte, abarca la suma de estilos y producciones artísticas del continente y de los artistas africanos de los siglos XX y XXI, sin una finalidad ni funcionalidad religiosa o culto tradicional.

Surante una gran parte del siglo XX, no hubo un arte africano contemporáneo que despertase el interés del público, más allá del exotismo patente en unas obras realizadas en estilos bastantes tradicionales y con un carácter imitativo. Hoy en día asistimos a un reconocimiento del arte subsahariano por su fecundidad, por la originalidad de su contemporaneidad y por la propuesta de estrategias propias que interactúan con lo universal.

Es cierto que de modo paralelo algunos países africanos han fomentado el impulso de extizarse a sí mismos con el fin de obtener una base más sólida en el mercado del arte occidental. Algunos artistas siguen, aún hoy, reivindicando su condición de africano en Europa, apostando por obras que recrean el arte tradicional, en las que se percibe la presencia de lo ancestral, y planteando el dilema de su aceptación como arte contemporáneo en Occidente.



Muchos occidentales esperan de todavía de una exposición de artistas de África obras con colores alegres y brillantes, dotadas de cierta ingenuidad y heredadas del arte popular. Si no es así, la decepción puede ser grande ya que los prejuicios y la idea preconcebida siguen siendo todavía muy profundos. Sin embargo, la creación contemporánea africana no se adscribe a un único estilo, heredero de la tradición, ni es un subproducto del arte occidental, ni siquiera es exclusivo de artistas africanso residentes en el continente.

Es indiscutible que el concepto de arte contemporáneo africano ha cambiado completamente, y ha alcanzado significados plurales, debido principalmente a su potencial creativo inmensamente rico. Establece un diálogo permanente con lo contemporáneo e indaga retos y paradojas identitarios y artísticos desde alternativas estéticas múltiples que concilian la hibridez conceptual y formal, en materiales, medios y tendencias.



lunes, 22 de abril de 2013

MUÑECAS DE FERTILIDAD




El encanto dedicado a las muñecas forman parte de la historia de la humanidad y de todas las civilizaciones. Unas suponen el carácter lúdico de un juguete, mientras que otras corresponden al poder mágico y religiosos, como sucede en las sociedades africanas donde la idea de la fertilidad está muy enraizada.
En áfrica, las mujeres y hombres estériles, o la pareja sin descendientes, son explícita o implícitamente marginados, y no son miembros de la sociedad de pleno derecho. En consecuencia tienen vedadas ciertas funciones en la comunidad: la mayor desgracia que puede suceder a una pareja no es la pobreza, ni la muerte sino el no poder tener hijos. En esta situación, cuando la mujer no consigue quedarse embarazada lleva la muñeca al adivino para que sus poderes propicien la concepción y, cuando aquello sucede, le da un nombre y la guarda con cariño y cuidado hasta el nacimiento de su bebé.

El valor de las muñecas dependen de su propietaria o de quien las diseña, asumiendo diferentes funciones, al estar motivadas por la intención de expresar deseos más profundos. Estas muñequitas deben ser consideradas objetos educativos. En la sociedad africana la maternidad es un tema invocado recurrentemente y que el matrimonio no se considera consumado si la esposa tarda en quedar embarazada, pudiendo incluso ser devuelta a su familia de origen. Sólo una progenie numerosa puede asegurar una buena vida familiar y calmar a los espíritus, creando para ello símbolos visuales en los cuales pueda reconocerse.
Por toda África existen diferentes ritos de iniciación, símbolos y prácticas relacionadas con el matrimonio, la fertilidad femenina y el nacimientos. En algunos casos las muñecas son conservadas y transmitidas entre las familias, de madres a hijas y, a veces, de la hermana mayor a la menor. De hecho, la preparación de las jóvenes para el futuro es realizada a través de la imitación de la vida adulta.

El diseño es, en la mayoría de los casos, de pequeñas dimensiones, refleja conceptos abstractos o figurativos, de forma cilíndrica o cónica, en la cual se emplea comúnmente la madera, arcilla, carozo de maíz, telas y fibras vegetales, así como distintas combinaciones de elementos. Por lo feneral la talla se realiza prestando especial atenció a la cabeza y senos, ignorando casi siempre los brazos, manos, piernas y pies en relación con el resto del conjunto.

Diferentes materias primas como la piedra, el vidrio, la loza, y el plástico desempeñan, debido a su brillo y colorido, un papel especial en el enriquecimiento de la decoración de estos amuletos de fertilidad.

Además de las innumerables representaciones escultóricas de madres e hijo conocidas como maternidades, también las muñecas transmiten estrategias para propiciar la fertilidad, pudiendo desempeñar la función de juguetes didácticos al referirse a la concepción. Como esculturas de amuletos, se elaboran con el fin de aumentar la capacidad de gestación natural y, en casos extremos, sustituyen al hijo fallecido haciendo las veces de una memoria fúnebre.

viernes, 19 de abril de 2013

LOS BANNA

También llamados Banya, viven en la región montañosa comprendida entre los cursos de los ríos Omo y Woito.
Los Banna son fundamentalmente pastores de ganado bovino, ovejas y cabras, pero también cultivan sorgo, sésamo y maíz, que siembran al comienzo de la estaciónd e lluvias: los campos producen cosechas miseras, insuficientes para alimentar al nucle familiar. La miel silvestre es el único excedente: intercambiado o vendido en los mercados.
La carencia crónica de alimentos da pie a una elevada movilidad. La trashumancia en busca de nuevos pastos es larga. La mayor parte de los banna lleva una existencia seminómada. Las cabañas son simples abrigos constituidos por una retícula de palos curvados, atados entre sí y cubiertos con hierba.

La sociedad banna se divide en dos, ambas controladas por un bitta o dirigente ritual.
La organización social de los Banna se basa en un sistema de clases de edad. La vida del hombre está marcada por ritos de paso, ninguno de los cuales significa un grado superior de respetabilidad y poder. El escalón más alto lo ocupan los ancianos. Las mujeres ocupan una posición subordinada, tanto si son solteras como casadas; no hay ningún rito que ponga de relieve que la mujer ha alcanzado su grado más alto de feminidad.

Para los varones, el paso de la infancia al primer estadio de edad adulta es un momento muy importante. Celebran este acontecimiento con el llamado "Salto del Toro". La preparación es larga. Los maz, los jóvenes iniciados, se ocupan de las diversas fases rituales. Con el cuerpo lleno de mantequilla y el rostro pintado de cal y ocre, se reúnen para beber una infusión de café.
Los maz provistos de largas varas golpean repetidamente a los parientes jóvenes del futuro iniciado. Las mujeres aceptan el castigo y suplican que se las fustigue porque soportar el dolor significa mostrar al pariente amor y devoción.


En el centro de un claro se colocan treinta vacas situadas flanco con flanco. Al iniciado se le entrega el boko, un bastón corto en forma de falo, esto simboliza el nacimiento e inicio de una nueva vida.


El joven una vez purificado deberá saltar sobre el lomo de la primera vaca y seguir corriendo hasta el final, manteniendo el equilibrio y sin caerse. El ejercicio se repite por cuatro veces, adelante y atrás. Si se cae una vez no pasa nada, si esto se repite, el individuo será objeto de burla durante toda su vida.

martes, 16 de abril de 2013

ESCARIFICACIONES

La escarificación, es la practica de marcar con una cicatriz la piel para dejar marcas permanentes, se trata de una práctica muy antigua. Esta forma de modificación corporal se ha utilizado como ritos de iniciación en la edad adulta y también como un signo de estatus y belleza. Ser capaz de soportar el dolor del proceso fue tomada como signo de fotaleza física y espititual. Los guerreros también se hacían escarificaciones como identificación de su tribu y muchos portadores también tenían poderes esprirituales para la protección en la batalla.

RAZONES DE LAS ESCARIFICACIONES:

BELLEZA: Se usa para embellecer el cuerpo. A veces empiezan durante la infancia, especialmente para las jóvenes africanas. Pero las más importantes se realizan en torno a la pubertad.



FUERZA Y CORAJE: También son vistas como prueba de valor. La escarificación es muy dolorosa y requiere una gran fuerza personal para hacerlas sin llorar. Eso sería humillante. La cantidad de escarificaciones en el cuerpo corresponde con el más respetado.


FERTILIDAD: Las escarificaciones son muy apreciadas en las mujeres jóvenes en edad de casarse. Escarificaciones abdominales son vistas como una señal de la voluntad de las mujeres para tener hijos.

ORGULLO FAMILIAS: La llegada de un joven a la ceremonia de iniciación puede incluir la petición a sus hermanos que soporten una paliza ritual que deja las espaldas llenas de cicatrices. Estas son vistas como signo de amor y respeto de las hermanas. Las niñas sufren el ritual sin mostrar su dolor y eso honra a la familia.


PROTECCIÓN CONTRA LA MUERTE:  Las marcas en las cara en algunas etnias se utilizan para hacer a la persona menos deseable para el espíritu de la muerte. En este caso se usa como medio protector.

viernes, 12 de abril de 2013

LOS TUAREGS

Los tuaregs son un pueblo de origen beréber que avanzó en el siglo XII desde el Sudán, conquistando el desierto del Sahara. Siestros jinetes, montados en sus camellos, aparecían como un ejército invencible dada su habilidad en el manejo de las armas. Poseían un complejo sistema social, basado en las castas y capturaban esclavos de otras tribus, a los que utilizaban como sirvientes.

Dotados de una gran movilidad, los tuareg se extendieron rápidamente por todo el desierto, llegando a convertirse en una pesadilla para las caravanas, a las que asaltaban de manera constante en una prueba más de supremacía en el Sahara.

En la actualidad, el pueblo tuareg se halla repartido entre varios países del Sahara y resiste a los envites del progreso aferrándose a sus costumbres ancestrales. Poseen una lengua y cultura propias que los diferencia del resto de los pueblos beréberes. Basan su economía en el nomadismo y se desplazan constantemente en busca de los mejores pozos y oasis. Mantienen una forma de vida basada en el respeto por el medio natural en el que habitan.
Lejos de la aureola romántica con que se les mitifica en Occidente, los tuareg son un pueblo orgulloso que vive en conflicto permanente con los gobiernos de los países en los que habita. Para el nómada no existen froteras ni nacionalidades y eso provoca no pocos enfrentamientos.

La mayoría de comunidades Tuareg, viven en la tierra desértica de Argelia, Níger y Malí, aunque también podemos encontrar pequeñas tribus en Libia, Chad, Burkina, e incluso Mauritania. En Marruecos, su presencia es testimonial y se limita a pequeñas familias de desplazados.
Los tuareg son musulmanes sunitas, aunque conservan algunas creencias beréberes y un sinfín de tradiciones que los convierte en un pueblo singular. Entre estas tribus, las mujeres ejercen un papel público determinante y comparten con los hombres grandes parcelas de poder. Antiguamente y gracias al trabajo de los esclavos capturados en los ataques a las caravanas, las mujeres pudieron olvidarse de las tareas domésticas y ejercieron como artistas, poetisas e incluso pensadoras. Su figura fue tratada siempre con un respeto casi sagrado y existen todavía un sinfín de tradiciones en las que las mujeres tuareg protagonizan danzas y ceremonias, acaparando la atención de toda la comunidad.

La mayoría de los tuareg comprenden el árabe, aunque siguen utilizando su lengua tradicional, de la que existe una rica tradición escrita.
A finales del siglo XX, las tribus tuareg se enfrentan a un incierto futuro, que unido a la desaparición sistemática de las caravanas, puede despojarles de su insigne personalidad.

miércoles, 10 de abril de 2013

LOS MURSI

Los mursi se localizan en Debub Omo, y viven principalmente en las estepas de Jinka y las montañas del Omo Park en la región del Omo Central en Etiopía. Los mursi, poco más de tres mil individuos, se hallan en continuo conflicto con los bodi, los hamer y los bume. Sí bien tienen una relación estable con sus vecinos, los Kuegu, una etnia de agricultores y cazadores. Estos no poseen ganado y los mursi se lo porporciona, a cambio los kuegu les proporcionan miel, carne de caza y también se ocupan del transporte por el río.




La sociedad de los mursí, intransigente con los intrusos y orgullosa de su aislamiento, goza de una relativa armonía interna. Las dísputas y los problemas se debaten en el curso de animadas reuniones mantenidas bajo la sombra de un gran árbol. Cualquiera puede tomar la palabra y exponer sus teorías. La opinión final corresponde a los ancianos, de quienes se aprecia su experiencia y sabiduría.
La exuberancia de los jóvenes se exhibe en los duelos rituales entre coetáneos. El más conocido de estos torneos es el donga: la lucha con bastones. Dos contendientes se enfrentan en un espacio de tierra batida, ambos se arman con un bastón delgado de madera dura de dos metros de largo y tallada en una de las puntas con un símbolo fálico. Unas bandas de algodón suelen protegerles la cabeza y el cuello, mientras que el dorso de las manos, las rodillas y los codos se cubren con casquetes de fibra vegetal. La finalidad del donga es demostrar la propia agilidad y destreza. Las heridas infringidas suelen ser graves pero nunca mortales. El vencedor del duelo, será llevado al borde de la palestra, donde le espera un grupo de muchachas vestidas de fiesta. Una de ellas lo elegirá para marido.



Sus pesados adornos de hierro y el gran plato labial son, a los ojos del hombre, testimonio de elegancia y prestigio.
Para dejar espacio al pesado disco de madera o barro cocido es necesario extraer los incisivos inferiores. El excesivo estiramiento de los tejidos hasta el límite de la rotura provoca problemas en el habla y dificulta las funciones de beber y comer. Antiguamente el plato tenía hasta ocho centímetros de diámetro, actualmente se llega a los veinte, aunque la costumbre se halla en decadencia.



Los mursi son luchadores temibles y audaces: el asesinato se considera un mérito y un honor, aunque siempre fuera del recinto tribal. Vistosas escarificaciones con forma de herradura adornan los miembros de los varones: cada una de ellas simboliza la muerte de un enemigo.

viernes, 5 de abril de 2013

LOS BUME

Los bume- unos 14.000 individuos- son una etnia de origen nilótico y forman parte del gran grupo karamoyong. LLegaron a su actual territorio, comprendido entre los cursos del Omo y el Kibish, hace poco más de un siglo procedentes del norte de Uganda.



Son pastores de vacas, ovejas y cabras, pero no desdeñan las actividades agrícolas, el sorgo, el mijo y el maiz, cultivados a lo largo de las orillas de los ríos, constituyen la base de su alimentación.



La miel silvestre, y sobre todo, la carne de cocodrilo son recursos ocasionales.
Los bume los capturan atravesándolos con un largo arpón al que va fijado un cabo. La caza, realizada a bordo de piraguas rudimentarias excavadas en un tronco de árbol, no carece de riesgos y requiere ciertas habilidades. La sociedad bume, de sistema generacional, presenta profundas semejanzas con los turkana, pueblo del que ya hablé.


La cultura material revela afinidades: entre las mujeres turkanas y las bume. Ambas llevan en el cuello el babero puberal de forma típica triangualr adornado con abalorios y discos obtenidos de cáscara de huevo de avestruz. Una segunda piel de mayor tamaño baja por los costados hasta cubrir la parte superior de las piernas.



Las cuentas de vidrio, reunidas en collares compactos, son muy apreciados como símbolo de atractivo y elegancia.


Una parte del atuendo masculino son los rodetes de arcilla que, a partir de cierta edad, adornan la cabeza de los bume. El tocado supone una labor larga y paciente; el aplaste de tierra y agua se extiende emardunando el pelo, capa sobre capa, hasta obtener un casquete liso y sin imperfecciones. Mientras la arcilla está húmeda, una placa rectangular de madera o tripa de vaca debidamente perforada se fija en los cabellos de un cabo. Servirá de soporte para las plumas de avestruz que, junto con el pigmento rosa, darán a la obra un toque final. Además de su valor estético, el tocado crea una barrera protectora contra los parásitos de la piel y el pelo, impidiendo su difusión.


Las escarificaciones también tienen una finalidad higiénica. Los bume, como los mursi y otras etnias de la región, suelen celebrar el haber dado muerte a un enemigo o un animal peligroso abriéndos mediante incisión en el torso heridas dispuestas en una línea vertical. La introducción de cenizas y sustancias vegetales bajo la piel retrasa la cicatrización y provoca el crecimiento de llamativaas protuberancias que declaran la valentía de un individuo y su pertenencia tribal. Los cortes efectuados con cuchillas, espinas de acacía y otros instrumentos sin estilizar y la lenta curación permite que se formen antiguerpos y funcione como una especie de vacuna que atenúa el riesgo de futuras infecciones.


martes, 2 de abril de 2013

LOS HAMER

Los hamer viven en el sur de Etiopía, al este del río Omo, al sudoeste del Mago National Park cerca de la frotnera de Kenia.


Los jóvenes deben someterse a la ceremonía del Salto del Toro, rito de ingroso en la sociedad de los adultos. El acto es la oportunidad para una exhibición de belleza y elegancia. El atuendo femenino es espctacular: collares de metal, cuentas de vidrio coloreadas y bandoleras de conchas adornan sus cuerpos.


El pelo se unta de ocre y grasa animal y se emplasta para formar trenzas y rodetes.


Una visera de alumnio o kalé sobresale de la frente e hileras de brazaletes ponen de relieve la rendondez de los brazos. En cambio, el biñere, un cerco pesado de hierro que termina con una protuberancia fálica, sólo lo pueden portar las casadas.


Los hombres lucen tocados complicados adornados con plumas de avestruz;



además de emplearse como asiento, el inseparable apoyacabezas de madera sirve para que el peinado no se estropee durante las horas de reposo.


La exuberancia estética de los hamer se expresa en las danzas y las fiestas, que mitigan la dureza de la vida cotidiana. Los sones de la flauta y la lira acompañan a los cantos que narran las gestas héroicas y guerreras y bendicen los campos, los animales y la naturaleza, invocan la lluvia.


Los hamer son muy sensibles a la obligación de ayudar a los parientes y a las personas en dificultades, sobre todo en períodos de sequía. El benefactor adquiere fama y réspeto ante el pueblo, y sus méritos serán celebrados públicamente tras su muerte.
Los hamer crían sobre todo cabras; el rebaño, al contrario de la manada de ganado vacuno o de camellos, no requiere una gestión cooperativa. Las vacas son apreciadas, más que por su eficacia productiva por su valor intriseco y ritual.


El poder de los jefes y los notables es esencialmente ritual, sus acciones, como la de los funcionarios religiosos y civiles, están controladas por los donza, los hombres casados. Ellos son quienes ostentan la capacidad de evocar el baryo, es decir, la fortuna. El baryo se puede entender como una especie de principio vital, la condición primera de la existencia y la armonía de la creación. Sin baryo no podría crecer el sorgo, la lluvia dejaría de caer. El hombre puede activar este agente con cantos e invocaciones, que preceden a toda reunión. El baryo aumenta con la edad, proporcionando así a los ancianos un control sobre los jóvenes y las mujeres.


Las enfermedades más comunes suelen curarse recurriendo a hierbas, raíces y sustancias naturales. Si falla la medicina tradicional, se trata de una maldición. El culpable puede ser un paríente o un extraño, pero también el espíritu de un muerto, insatisfecho por el trato recibido. Para aplacar sus iras se requiere el sacrificio de un animal.
Las disposiciones de las aldeas, responde a las exigencias de una economía mixta basada en el pastoreo y agricultura. Los cultivos suelen situarse cerca de los pozos, al tiempo que los pastos no deben estar alejados de los poblados.


Según la tradición oral, fueron ellos quienes encendieron el primer fuego y dieron origen a los hamer. La luz que emanó de las llamas atrajo a gentes de todas partes: los konso, ari, tsamai, karo, male, bume. Todos juraron obediencia y respeto, y así fue como se convirtieron en hamer. Cuando alguien muere, se apaga su brasero, y el nuevo fuego se acompaña de complejas bendiciones.